El futuro de la economía mundial dependerá en gran medida de que el Presidente Barack Obama emprenda un conjunto de medidas exhaustivas y coherentes y del éxito que tenga al aplicarlas. La forma en que respondan los chinos, los europeos y otros actores principales será igual de importante. Si hay una buena cooperación internacional, la economía mundial podría empezar a salir de un agujero muy profundo hacia finales de 2009. Si no, nos enfrentaremos a un período mucho más largo de desorden y deterioro económico y político. No hay manera de restablecer el equilibrio económico de un solo golpe. Primero hay que inyectar dinero a la economía para compensar el colapso del crédito. Después, cuando el crédito comience a fluir de nuevo, habrá que drenar la liquidez del sistema casi al mismo ritmo que se haya inyectado. Esta segunda operación será política y técnicamente más difícil que la primera: es mucho más fácil dar dinero que retirarlo. Es muy importante que los paquetes de estímulos se canalicen a inversiones relativamente productivas. El rescate de la industria automotriz debe ser la excepción, no la regla. El esfuerzo para inyectar dinero a la economía estadounidense se topará con dificultades en dos frentes: el tipo de cambio y las tasas de interés.
El dólar
El dólar sufrió presiones al principio de la actual crisis financiera, pero a medida que la situación empeoró, tuvo una sólida recuperación. La fuerza del dólar en los últimos meses de 2008 se debió no a un mayor deseo de tener dólares sino a una mayor dificultad para pedirlos prestados. Los bancos europeos y otros bancos internacionales habían adquirido muchos activos denominados en dólares que habitualmente situaban en el mercado interbancario; a medida que el mercado se contrajo, se vieron obligados a comprar dólares. Al mismo tiempo, los países de la periferia tenían una gran cantidad de obligaciones denominadas en dólares que tuvieron que pagar cuando no les fue posible renegociarlas. Rusia y los países del Este de Europa en la periferia del euro estaban mucho más vinculados a esta moneda; pero cuando el mercado ruso cayó, el efecto sobre el dólar fue el mismo, porque el banco central ruso había comprado euros en demasía y los tuvo que vender para defender al rublo.
La tendencia se invirtió temporalmente a finales de 2008 cuando la Reserva Federal recortó las tasas de interés prácticamente a cero (…) El euro presentó una tendencia a la baja desde el principio de 2009 e incluso la libra esterlina tuvo un mejor desempeño. Para continuar, es probable que el hecho de que Alemania y el BCE tengan un punto de vista distinto al del resto del mundo sobre el problema al que se enfrenta la economía global cause variaciones considerables de los tipos de cambio y obstaculice la recuperación. El BCE opera bajo directrices asimétricas: tiene la obligación constitucional de ocuparse únicamente de mantener la estabilidad de precios, no el pleno empleo. Alemania todavía vive con el recuerdo de la inflación descontrolada de la República de Weimar que fue el preludio del régimen Nazi. Ambas consideraciones se oponen a la irresponsabilidad fiscal y la creación ilimitada de dinero.
Esto debería favorecer al euro como reserva de valor, pero las tensiones internas en Europa operan en la dirección contraria. El hecho de que no haya un mecanismo para proteger el sistema bancario a nivel continental y que cada país tenga que actuar por sí mismo plantea dudas sobre su capacidad para hacerlo (…) A la larga, las distintas autoridades nacionales tendrán que protegerse mutuamente, pero tendrá que haber un peligro común para que lo hagan. Puede suceder que los propietarios de riqueza recurran cada vez más al yen y al oro en busca de seguridad, pero probablemente se toparán con la resistencia de las autoridades, más pronto en el caso del yen que del oro. Además habrá una pugna entre quienes buscan seguridad y quienes necesitan utilizar sus reservas para salvar a sus empresas. Con todas estas fuerzas contradictorias, podemos esperar considerables variaciones de los tipos de cambio.
China
Lo que haga China tendrá casi la misma influencia que el Presidente Obama en el futuro de la economía mundial, y las relaciones chino-estadounidenses serán la relación bilateral más importante del mundo. A China le interesa mucho la prosperidad de la economía global. Obama puede basarse en eso para reconstruir el sistema financiero internacional, pero se requerirá mucho tacto y precaución por ambas partes. El surgimiento de una nueva potencia mundial es un proceso peligroso. Dos veces ha conducido a guerras mundiales en las que la potencia emergente fue derrotada. China debe hacer muchos esfuerzos si quiere ser aceptada como potencia mundial. Ha adoptado la doctrina del «desarrollo armonioso», que es el enfoque adecuado, pero también tiene otras doctrinas, especialmente las que se relacionan con Taiwán y el Tibet, que operan en dirección contraria. Debido a las políticas erróneas de la administración Bush y el colapso de la súper burbuja, China ha conseguido mucho poder demasiado pronto. A fin de asegurar una relación constructiva, ambos bandos deben hacer esfuerzos sobrehumanos. Obama debe tratar a China como un socio igual, y China debe aceptar la continuación del liderazgo estadounidense. Esto no será fácil para ninguno de los dos. China tiene mucho que perder. No es una democracia y no existe una rutina establecida para cambiar gobiernos. Si no se logra una tasa de crecimiento satisfactoria -definida generalmente como del 8% al año-podría haber trastornos políticos en el país, y eso sería desastroso para el mundo. Afortunadamente China ha desarrollado un método complicado de consultas que, si bien no son democráticas, sí dan voz a los distintos grupos de interés en la determinación de las políticas. La principal desventaja del proceso de creación de consenso es que es lento y pesado y existe el riesgo de que los líderes chinos no actúen con suficiente rapidez para contrarrestar la súbita caída de la economía mundial (…)
El subcontinente indio
La India es más autónoma que China, y debería tener menos problemas para mantener su inercia ascendente. El mercado de valores indio ha resultado más perjudicado que el de la mayoría de los países, pero su sistema bancario, que en gran medida sigue en manos del Gobierno, se ha visto menos afectado. Las remesas de los Estados del Golfo resultarán afectadas negativamente y su industria de la deslocalización se debilitará, pero se espera que las inversiones en infraestructura, en las que la India tiene un gran retraso, mantengan su ritmo. Las perspectivas macroeconómicas son más favorables que las de la mayor parte del mundo. La principal incertidumbre es política y se centra en Pakistán, que es un Estado en vías de fracasar (…)
Los países productores de petróleo
La suerte de los países productores de petróleo ha sufrido un súbito revés. Sus superávit se han convertido en déficit y sus fondos de riqueza soberana y sus reservas de divisas han sufrido pérdidas importantes. Los Estados del Golfo han resultado muy afectados porque sus sectores privados, incluidos algunos bancos, estaban demasiado extendidos. Dubai fue la burbuja inmobiliaria más espectacular del mundo y las grandes fortunas de Abu Dhabi tendrán que rescatarlo. Pero las dificultades de los productores de petróleo no son malas noticias necesariamente. Algunos de los países que tienen los mayores superávit petroleros, especialmente Irán, Venezuela y Rusia, han sido enemigos del orden mundial actual y les han cortado las alas (…) En contraste, Rusia puede convertirse en una amenaza mayor debido a la caída de los precios del petróleo. Bajo Vladimir Putin, el Kremlin utiliza su control sobre los recursos naturales para restablecer la posición de Rusia como potencia política, enriquecer a los gobernantes y asegurar su propio dominio sobre el país y extorsionar y sobornar a los gobernantes de las ex repúblicas soviéticas (…) En el régimen de Putin, el poder económico se ha concentrado en dos grupos: los que adquirieron propiedades y los que se quedan con un parte de los flujos de efectivo. El primer grupo es, por mucho, más sofisticado y pro occidental: su dinero y sus hijos están en el extranjero. El segundo grupo explota los poderes arbitrarios del Estado de forma más directa. La crisis financiera diezmó al primer grupo; el segundo quedó relativamente ileso. La crisis reforzó los poderes arbitrarios del Estado, puesto que gran parte de las reservas de divisas oficiales se utilizaron para rescatar y readquirir los activos del primer grupo. A medida que el panorama económico se deteriore y el régimen de Putin ya no pueda satisfacer las expectativas económicas del pueblo, es de esperar que recurra de forma más activa a los poderes arbitrarios del Estado (…)
Europa
Europa debe resistir el desafío geopolítico que Rusia plantea, y debe estar unida para poder tener éxito. Pero una política europea unificada no debe ser exclusivamente geopolítica, porque el interés común de Europa no sería lo suficientemente fuerte para anular los intereses nacionales. Rusia podría dividir y vencer, como ya lo está haciendo. La clave de la capacidad de Europa para neutralizar la ventaja geopolítica de Rusia es establecer una política energética unificada, con una red de distribución en toda la región y una autoridad reguladora continental que tenga precedencia sobre las nacionales. Esto privaría a Rusia de su capacidad de poner a un país contra otro porque una concesión otorgada a un distribuidor nacional inmediatamente estaría a disposición de los consumidores de todos los demás países. Es igualmente necesario seguir promoviendo el Estado de derecho, la cooperación internacional y los principios de la sociedad abierta, principalmente mediante la reforma del sistema financiero internacional y prestando especial atención a los vecinos cercanos de Rusia (…) La crisis financiera y sus secuelas serán un periodo de pruebas y, esperemos, de desarrollo de las instituciones de la Unión Europea, especialmente las financieras, que son relativamente nuevas. La UE cuenta con una moneda común y con el BCE, pero no tiene una política fiscal ni una hacienda común. Esta carencia se ha hecho cada vez más evidente y puede llevar a la disolución de la zona del euro. Pero pertenecer a la zona del euro resultó ser muy valioso (…) Las probabilidades indican que el euro saldrá de la crisis actual con un BCE al que se le habrá concedido mayor poder sobre el sistema bancario. La administración Bush se distinguió por dividir a la «vieja Europa» y la «nueva Europa». Esperemos que la administración Obama siga el camino opuesto. El mundo necesita urgentemente una Europa más unida, política y financieramente.
El mundo en desarrollo
Unos pocos países (Brasil y Chile) están en condiciones razonables para adoptar políticas anticíclicas por sí mismos con poca asistencia de las instituciones financieras internacionales (…) Pakistán, Egipto, Marruecos y Haití ya han experimentado disturbios a causa de los alimentos. Otros, como Sudáfrica y Turquía sufren severos cortes de energía. México tiene un grave problema de seguridad debido al narcotráfico (…) El colapso del crédito en el sistema financiero global está teniendo un efecto incluso más devastador en los países de la periferia que en los del centro. Las líneas de crédito se retiran, los créditos que se acercan a su vencimiento no se pueden renegociar y el financiamiento del comercio es escaso. Esperemos que los líderes mundiales reconozcan que rescatar al mundo en desarrollo sirve a sus propios intereses. El atractivo del plan de donaciones de DEG es que no impone ningún costo directo a los países donadores. Todo lo que tienen que hacer es votar por la creación de los DEG y transferir los beneficios a los países menos desarrollados. Espero que estén a la altura.
Tipos de interés en EE.UU.
«La forma de salir de una trampa deflacionaria es, primero, inducir inflación. Luego, reducirla. Una operación complicada cuyo éxito no es seguro. En cuanto la actividad económica en EE.UU. se reanude es probable que las tipos de interés de los bonos del gobierno se disparen (…) Es probable que un aumento en los tipos a largo plazo asfixie la recuperación. Es de esperar que las perspectivas de que una oferta monetaria mucho mayor se convierta en inflación conduzcan a un periodo de estanflación. Sin embargo, ese sería un resultado deseable, porque evitaría una depresión prolongada. Es difícil, no imposible, imaginar que la economía estadounidense crezca a una tasa del 3% o más en la próxima década. EE.UU. ha tenido un déficit crónico de cuenta corriente que superó el 6% del PIB en su punto más alto. Eso desaparecerá y dejará una pesada carga de deuda externa que crecerá aún más por los déficit presupuestales de los próximos años. La proporción del consumo en el PIB tendrá que caer. El sector de los servicios financieros se contraerá (…) Todas estas son influencias negativas. ¿Qué se puede esperar por el lado positivo? Una distribución más equitativa del ingreso, mejores servicios sociales, una política energética constructiva que conduzca a inversiones de gran escala en energía alternativa y ahorro de energía, una reducción de los gastos militares».
George Soros es presidente del Soros Fund Management
© Project Syndicate, 2009